Una de las intenciones que teníamos cuando abrimos este blog de apoyo al Tte. Luis Gonzalo Segura, era la de compartir con todos los que se acercaran por aquí, extractos de ese libro que ha puesto en jaque al ejercito y a nuestro amigo Luis , en un centro disciplinario. Hablamos de Un paso al frente, donde nos desgrana las grandes tropelias que se cometen tras la puerta de los cuarteles y en los despachos de los altos mandos.
Hoy queremos compartir con todos , algunas lineas de Un paso al frente.
Disfruten y difundan.....
"-¿Que tal va todo?- preguntó su padre.
- Esto es increíble , aquí esta todo manga por hombro . Faltan doscientos materiales inventariados y nadie tienen ni idea de si se los han llevado las unidades, el personal a su casas o los han robado. En fin, padre, lo de siempre: ¡un desbarajuste!. Pero como nadie se entera de nada, pues todo es maravilloso aquí. Ya sabes, ¿no?
Mientras mas conocía las entrañas del Ejercito, mas se adueñaba de él la consternación . Obvió comentarles que , gracias a la pericia de uno de los muchos coroneles o generales con una egregia formación , el inhibidor que llevaba los vehículos para evitar ser atacados por artefactos explosivos con radiocontrol no permitía enviar señales a los vehículos de transmisiones. <<A veces son mas peligrosos esos cabrones que los afganos aberronchados>> solía decirles el capitán Ernesto Vara. De este modo, los convoyes de vehículos que eran atacados a diario, tenían que elegir entre protegerse o transmitir. Si apagaban los equipos de transmisión, viajaban a través del terror, sordos. Si los activaban , corrían mayor riesgo con los explosivos. Así, trayectos de dos horas podían durar catorce por la desactivación de explosivos y las emboscadas que se sufrían.
- Pero , ¿hay peligro?- preguntó preocupado su padre.
- En absoluto.
(...)
El convoy se encontraba en mitad de un desierto compuesto por montañas de arena y rocas. Enormes , innumerables e inhóspitas montañas. La vida se encerraba en los valles mas sombríos y el agua en las profundidades de la tierra. Las casas tenían que ser de arena, como no, la mayoría era de adobe , de una sola planta, con los marcos de las ventanas de madera. La primera imagen que vieron fue un comercio o taller donde se cosían telas. En el había tres niños trabajando en mesas, sobre cada una de las cuales había una maquina de coser. El suelo de la casa era ni mas ni menos que el propio desierto. "
No hay comentarios:
Publicar un comentario