Afortunadamente Luis Gonzalo Segura ya ha salido de su encierro disciplinario, pero la cosa no acaba ahí, aun que da un largo camino que recorrer. Luis se ha convertido en todo un símbolo para unos y un grano en el culo para otros. El Ejército es una institución obsoleta que debe ser reformada en su totalidad y no poco a poco, sino de golpe y porrazo. En un país democrático no podemos permitir estos abusos de poder. A mí me da miedo pensar que sí son capaces de tratar así a uno de los suyos, qué no harán con un civil si fuera necesario….
Conocer a Luis en persona es un orgullo, tenerle por amigo no tiene precio. Es una persona clara, transparente, sin dobleces, educado, con un dominio excelente de la palabra, con argumentos sólidos que quien le escucha sabe que lo que dice es cierto. Aun así en hay quienes dudan de él y sus intenciones, y yo respeto y respetaré siempre opiniones divergentes, porque de no aceptarlas me comportaría igual que ellos. Pero una cosa son las opiniones y otras los hechos. Luis habla de hechos, expone y asegura que tiene pruebas de todo cuanto dice y ningún juez las acepta. Tras varias denuncias que caían en vano, optó por escribir una novela, ésta ha sido retirada de grandes almacenes con los que el Ejército tiene negocios, prohibida a los soldados, a quienes se les prohibía ir a las presentaciones, o se mandaba a los sospechosos de asistir de maniobras… Luis ha sido vetado en medios de comunicación, llegó a ser maquillado para salir en televisión y decirle desde producción que no podía salir…
Bien a pesar de todo eso, de que sus propios amigos y familiares le pedimos que no hiciera huelga de hambre, la hizo… y ha superado la primera prueba… quedan otras por venir, pero estaremos a su lado para afrontarla, hemos recibido apoyos de varias partes del mundo, no sólo de nuestro país. Su caso ya es conocido por lo tanto, internacionalmente. Solo falta que le escuchen, que le hagan caso y que hagan examen de conciencia y realicen la reforma necesaria, auditoría externa, y una apertura y transparencia dignas de cualquier sistema cuya titularidad de poder, corresponde al conjunto de la sociedad.
Seguiremos y podrán intentar callarnos, podrán sancionarnos a quienes apoyemos éstas causas, pero lo seguiremos haciendo, por Luis y por cualquier otra persona que demuestre la valentía que él ha demostrado para sacar a la luz estas sombras que recuerdan al pasado, a otras historias que amordazaban la libertad de expresión. Mayte Martín, escritora y periodista
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